Un céntimo por la verdad from iboulandier on Vimeo.
Palabrakdabra es un blog realizado para la asignatura de Periodismo Electrónico impartida por la Universidad Rey Juan Carlos en el Campus de Fuenlabrada. En este espacio puedes encontrar información y reflexiones sobre temas muy diversos que me han llamado la atención.
jueves, 24 de febrero de 2011
Un céntimo por la verdad
martes, 22 de febrero de 2011
Brutal represión de Ghadafi en Libia
lunes, 14 de febrero de 2011
El mañana es hoy
Es probable que el primer niño afrochino de ascendencia sij nazca antes o después en algún lugar de la tierra. Quién sabe, quizás en la República Democrática de Microsoft, antaño conocido con el nombre de Timor Oriental. Una república con un sistema democrático de consejo de administración único basado en un comunismo de mercado. ¿Les suena de algo el Partido Comunista Chino?
Si el pan ya cuesta más que comprarte un móvil, es más que probable que en el futuro los niños no vengan con una barra de pan debajo del brazo, sino con un mini ordenador portátil subvencionado por el gobierno. De esta manera, el ejecutivo se aseguraría ser su primer amigo del Twitter, además de tenerlo controlado de por vida. Los cortes de la libertad y del anonimato a favor del control digital serán cada vez más evidentes.
Será el niño número 15.000 millones de la tierra y ante la escasez de materias primas y su consiguiente incremento de precio, sus padres quizás le den de comer potitos de medusa. Una mosca moribunda en la sopa pasará de ser un motivo de queja a un preciado detalle del chef. A principios de año la FAO celebró una conferencia para discutir como la entomofagia, comer insectos, podría contribuir a asegurar una política alimentaria a nivel mundial en los próximos años.
Es probable que a ese niño le calcen unas zapatillas con una dinamo incorporada capaz de generar energía con el movimiento de su cuerpo antes de haber pasado ni siquiera por el carricoche, y es que, al paso que vamos el vatio de luz costará más que un riñón en el mercado negro.
Bin Laden será la primera persona en tener más años que Matusalem y será considerado como un icono social al estilo Che Guevara por muchos musulmanes radicales. La religión mayoritaria practicada en Europa será el Islam y el islamismo más ortodoxo crecerá de manera exponencial en los países en vías de desarrollo. Ya se sabe, cuando nada tienes, la fe es lo único que queda. Ante la psicosis terrorista la gente dejará de viajar, al menos físicamente. Ante el espectacular desarrollo de la realidad virtual nacerá una nueva tipología turística denominada turismo astral.
El partido de los verdes se habrá hecho con el control de la asamblea del G-655. Al igual que las empresas o los países cada ciudadano tendrá un cupo de emisión de CO2. ¡Ay de aquel pobre que sufra de aerofagia! Su actual pacifismo se tornará beligerante ante la gravedad del problema medioambiental. Un nuevo motivo para la invasión de un país por parte de la comunidad internacional será el reiterado incumplimiento de las políticas medioambientales internacionales.
Para algunos lectores estas proyecciones podrán parecer una tomadura de pelo, al igual que a nuestros antepasados les podría sonar a chiste el saber que hoy en día comeríamos comida empaquetada, beberíamos agua con burbujas o funcionaríamos sin esclavos. Ni qué decir tiene lo que pensarían nuestros ancestros si supieran que la Tierra es redonda.
La gracia de todo esto radica en que en la actualidad esto es lo normal. Comemos comida cultivada en china, nuestra identidad real convive con nuestra vida digital y nos vamos a la playa de vacaciones para lucir nuestro bronceado. La realidad del siglo XXI no es ni mejor ni peor que la de antaño, simplemente es diferente. Al menos en la forma, porque en el fondo todo sigue igual. Unos pocos ejercen el control de manera más o menos tiránica sobre la mayoría y el pueblo, titular indiscutible del poder de facto, no se atreve a ejercerlo por miedo, o peor aún, por comodidad. Al menos hasta la fecha.
viernes, 11 de febrero de 2011
Reporteros de sangre azúl
La edad de oro del periodismo mundial nace con el olor a carbón propio de la Revolución Industrial; con el sinsabor de la penuria de la Guerra de Secesión de los Estados Unidos; con el retrogusto dulzón provocado por la Guerra del Opio en China y el electromagnético impulso a comunicarnos originado por la invención del telégrafo.
Los mitos del periodismo tenían algo en común: todos ellos eran personas que no siguieron las normas preestablecidas. Charles Louis Havas, fundador de la agencia de noticias Agence France Press no dudó en interceptar y descodificar el código “morse” utilizado por los militares franceses y por paloma mensajera enviar mensajes a los principales periódicos de la capital parisina para que informaran a la población.
Es en esta época cuando los ancestros del periodismo nos enseñan que la comunicación, más que una profesión que debe ser aprendida en las universidades, se trata de un oficio. Un oficio comparable al del ebanista o el segador que con sumo cuidado se dedica a trillar los campos en busca de incómodas noticias que nunca deberían haber salido a la luz.
Pese a la precariedad de los recursos tecnológicos existentes en la época y el monopolio del telégrafo ejercido por parte de los gobiernos, debemos agradecer a esta tribu periodística, y gracias a su ejemplo, la lección más importante de este oficio y que es perenne en el tiempo: Más allá de la tecnología o el estar suscrito a la nómina de un gran medio, el periodista es un cazador de noticias y atrapar una buena historia es lo que cuenta.
El verdadero santuario para un vasco
Es aquí donde el término “alquimia gastronómica” adquiere su máximo significado. Cualquier habitante de las vascongadas compara la comida con la ambrosía, antiguo alimento de los dioses griegos, y es que aquí, salvando las distancias, se come como Dios. No es extraño, por tanto, que dos de los mejores restaurantes del mundo se encuentren entre sus fronteras: Mugaritz y Arzak.
Es cierto, lo admito. Comemos mucho, pero bien. Nuestra cocina no tiene ningún misterio. Radica en el amor del fuego lento de la amama y en la tradición, amén de en la sencillez y buen ojo del cocinero que acude al mercado de toda la vida en busca de productos de calidad.
Nuestros hábitos alimenticios nos delatan. Al vespertino desayuno le sigue el costumbrista amaiketako, el almuerzo de las once. A la 13:30 y si el laboro lo permite, es la hora del pintxo seguido del txakoli de rigor. Esta costumbre es puro vicio ya que no tiene otra función que socializar e ir abriendo la boca del estómago. La comida suele ser copiosa y abundante. El primer plato en Euskadi suele ser de cuchara. Es bastante normal comenzar la comida con uno de estos platos calentitos para combatir las bajas temperaturas del invierno. El segundo plato oscila entre la elección de los más carnívoros y aquel que decide cuidar la línea con un buen plato de pescado a la bermeana. El postre se deja al gusto de los más golosos.
Otro de los santuarios para un vasco está muy ligado a la gastronomía. Es el txoko o sociedad gastronómica, un punto de reunión para los hombres dedicado a comer, beber, fumar y despotricar de sus mujeres en beodas conversaciones; un santuario del mus. Se trata éste de un lugar hasta hace poco prohibido para las mujeres y en los que en muchos todavía el acceso a los fogones del santuario se encuentra restringido para el sexo femenino. Por contra, hoy día, nuestras féminas se convierten en princesas por un día siempre que son invitadas. Disfrutan, a cubierto puesto, de una comida digna del restaurante Mugaritz; un servicio integral y gratuito comparable al del catering del Kursal y nuestra atención absoluta por un día, agradeciendo así a nuestras etxekoandreak, ser el valuarte de una cultura milenaria basada en el matriarcado. Eskerrik asko ama!